Hay muchas definiciones: La causalidad es el principio o el origen de
algo. Este principio se utiliza para nombrar a la relación entre una causa y su efecto y puede utilizarse en el ámbito de la física, la estadística
y la filosofía.
La física sostiene que cualquier evento está causado
por otro anterior. El principio de causalidad dice que todo efecto siempre
tiene una causa.
Para la filosofía, la causalidad es la ley en virtud
de la cual se generan efectos.
Y la estadística por su parte sostiene que la causalidad
es una relación de necesidad de co-ocurrencia de dos variables.
Dicho lo anterior creo que las creencias tiene mucho
que ver con esto: “cosecharás tu siembra” o “quien siembra vientos recoge
tempestades”. Estas frases no están vinculadas a hechos científicos, sino que
tienen su valor en la creencia de que el comportamiento de las personas inevitablemente
tiene sus consecuencias.
La causalidad, la sincronicidad, creo que están en relación directa entre mi parte
espiritual y mi parte física, densa, material.
Muchísimas veces se nos pasan por alto estas
sincronicidades, estas causalidades,
porque nuestros ojos no están entrenados para verlas. El ver todo como casual o
ver la causa real que ha provocado ese suceso, requiere un gran esfuerzo de
autodominio, de comprensión, esfuerzo de conciencia y a veces no sabemos ni
como empezar.
El Azar no existe, todo sucede por algo, creo que
todo tiene su propósito en la vida, lo difícil es poder descifrarlo.
Todo lo que nos sucede nos sucede por algo, algunas
veces para mostrarnos algo, es como un espejo que nos refleja ciertas actitudes
o comportamientos que no reconocemos en nosotros. Si lo vemos bajo esa
perspectiva, cobra otro sentido, una nueva dimensión. A veces enfermedades,
accidentes, confrontaciones, etc. Lo podemos ver de distinto modo y quizá esa
lucha no está en otras personas, situaciones, o acciones sino que está en
nosotros mismos.
El Amor no es casualidad, es causalidad. La
causalidad es un principio que se basa en que no puede existir absolutamente
nada, sin una causa.
Algo debe de haber de cierto en todo esto cuando por
ejemplo ¿Quién alguna vez ha estado pensando en llamar a una persona , que
hacía mucho tiempo que no sabía de ella y al instante suena el teléfono y es
precisamente esa persona la que le llama a ella? El pensamiento con esa persona
ha habido alguna sincronicidad por la cual estas dos personas se ha puesto en
contacto simultáneamente.
Yo siempre digo que no creo en las “casualidades”
sino en las “causalidades”. Me han ocurrido durante toda mi vida, pero a partir
de la muerte de mi hijo es cuando me he dado más cuenta de ello, explico una de
mis “causalidades”:
Sobre el mes de mayo del 2009, me llama mi hermana
diciéndome que mi madre se había caído
en el suelo y ella no podía levantarla (ya lleva muchos meses enferma y cada
día que pasa va empeorando dando pequeños bajones). Pues bien, llego y aparco
el coche en zona azul (máximo permitido
2 horas). Estuve con mi hermana ayudando a mi madre, y hablamos de que mi madre
ya empezaba a necesitar que alguien estuviera con ella casi todo el día ya que
nosotros hacíamos lo que podíamos (sobre todo mi hermana, ya que vive con
ella), pero hay ratos en que está sola y
puede ocurrirle cualquier cosa y no se le podría atender al momento; así que
comentamos que deberíamos buscar a alguien que pudiera cuidar a mi madre todo
el día, pero el problema era que no conocíamos a nadie ni sabíamos a dónde
dirigirnos para hacer esa solicitud.
Como se estaba agotando el tiempo de aparcamiento me
marché, y cuando llegué al coche vi que tenía en el parabrisas un papelito y
pensé ¡¡vaya ya me han puesto una multa!!, pero para mi sorpresa, veo que no,
no es una multa, es un nota de alguien, y pensé ¡¡mira me han puesto
propaganda, y que casualidad, solo a mí, (porque los coches que estaban
aparcados al lado del mío, no tenía ninguno ese papel, solo lo tenía yo) miro
la nota y ponía, más o menos esto: “Soy una chica Boliviana y me ofrezco para
hacer faenas y cuidar a personas mayores por horas o todo el día, mi móvil es
el …………” . Vaya “causalidad”.
Albert Einstein afirmaba que “la vida es hermosa,
vivirla no es una causalidad”.