¡Hola Papa!. Estoy a tu lado, pero no me ves.
Siempre estoy pendiente de ti y observándote,
y aunque no lo veas, estoy ayudándote,
y se que estoy en tus pensamientos una y otra vez.
¡Hola Papa!. Estoy tocándote, pero no me ves.
Veo que poco a poco lo vas entendiendo,
que me tuve que ir, deprisa y corriendo,
y se que te lo estás preguntando cada dos por tres.
¡Hola Papa!. Te estoy abrazando, pero no me ves.
Se que notas cada día más mi presencia,
y poco a poco aceptas más mi ausencia,
entendiendo que tuvo que ser así porque esto… es lo que es.
¡Hola Papa!. Te lo estoy explicando, pero no me ves.
Sé que lo vas entendiendo, porque tú estás más abierto,
y tú sabes que todo lo que te digo es cierto,
y lo que aún no entiendas ahora lo harás después.
¡Hola Papa!. Te estoy acariciando, pero no me ves.
¿Sabes? Me educaste como mejor sabias
y me diste todo lo que tú podías
así que por mí… no te preocupes.
¡Hola Papa!. Te estoy besando, pero no me ves.
Fuiste el mejor padre que pude tener,
y estoy seguro que nunca me dejaras de querer,
se que lo podrás soportar, hasta que nos volvamos a ver.
¡Hola Papa!. Me estoy despidiendo, pero no lo ves.
Sigue como hasta ahora, lo estás haciendo muy bien,
no desfallezcas, aguanta, que los demás lo saben también,
que tú
puedes ayudar a todos a que se supere esto cada vez.
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