domingo, 22 de julio de 2018

10ª Navidad sin estar tu


 

 

Con esta ya van 10 Navidades sin tenerte a mi lado. Como ha pasado el tiempo, parece que fue ayer y en cambio son diez Navidades con una silla vacía.

El termino Navidad procede del latín “Nativitas, Nativitas” que significa “Nacimiento” y en la sociedad actual se celebra la llegada al mundo de Jesús y su mensaje, es una fiesta religiosa cristiana, celebrada con enorme alegría y manifestaciones populares, que representan diversas tradiciones y símbolos como son el árbol de navidad, las canciones de villancicos, las tarjetas de navidad, el pesebre, belén o nacimiento y las cenas navideñas familiares y el reencuentro con los nuestros, con la Divinidad y con los demás.

El día 20 de diciembre del 2005 Sergio (mi hijo) murió y con el murió en mí el espíritu navideño y todo lo que conllevaba esa tradicional manifestación de júbilo y alegría.

Los buenos sentimiento que encierra la Navidad para mi desaparecieron de golpe, se podría decir que Sergio murió en días de Navidad.

Ese primer año que no estaba el, fue lo peor que me ha ocurrido en mi vida, todo se desvaneció, se destruyó y todas esas cosas que hasta esos momentos siempre habían sido de alegría y disfrute con todos los míos, desapareció de tal manera que desee no existiera ni la Navidad, ni las luces de las calles, ni los villancicos, ni las cenas con la familia ni nada de nada.

Fue horrible y creo que eso nos pasa a todos los que perdemos a un ser querido y más si son encima de esas fechas.

Pero con el tiempo y recordando las buenas cosas que nos dejaron nuestros seres queridos, y elaborando un buen duelo, transformando ese dolor, ese vacío, esa tristeza, en AMOR, he logrado que vuelva en mi esa Navidad que desapareció durante largos años.

Durante ese período he crecido, he madurado, he renacido y me he convertido en un ser más sabio, diría que he aprendido a conocerme mejor y a poder disfrutar el día a día, he aprendido del dolor de su ausencia, del aprendizaje de todas las etapas del duelo.

Y esto me hace valorar de otra forma, bajo otra perspectiva, con sentimiento diferente, el entender otra vez la Navidad.

Solo me queda agradecerte Sergio, lo que  he aprendido gracias a ti, me has abierto los ojos, la mente y el alma, me he dado cuenta de todo el amor que llevabas y que tenemos todos pero muchas veces no lo sabemos expresar.

Gracias por haberme escogido como padre y gracias por haber estado conmigo durante esos cortos años, cortos pero muy intensos.

Gracias por ser como eras, porque eso me ha ayudado a comprenderte y a comprenderme y gracias por devolverme ese espíritu navideño que se fue, pero ahora ha vuelto.

Te quiero Sergio,.

lunes, 16 de julio de 2018

Como nos relacionamos con nuestro familiares durante el duelo


COMO NOS RELACIONAMOS CON NUESTROS FAMILIARES DURANTE EL DUELO

El proceso del duelo es un cambio radical del antes y después del suceso que nos acontece, tanto en nuestras relaciones familiares, de trabajo, y en todo lo relacionado con nuestro entorno nos sacude como un terremoto.

Pasamos unas circunstancias muy diferentes unos con otros y podrían ser entre otras las siguientes (no a todo el mundo le sucede lo mismo, ni por el mismo orden, pero más o menos por mi experiencia puede ser así): La indiferencia, la expectativa del entorno, ¿cómo conecto con el mundo exterior?, la reconstrucción, la transcendencia,  la incomunicación,  la ausencia física y la comunicación con el resto del mundo.

La indiferencia: La indiferencia y el no saberlo expresar con palabras de consuelo, les lleva a quedarse sin hacer ni decir nada, y es que tras ese desconocimiento de cómo comportarse con nosotros les afecta de cómo deben actuar sin que nuestro dolor les contagie a ellos, no se nos ha educado sobre el tema de la muerte y ese miedo a lo desconocido nos remite a esa indiferencia.

Las expectativas del entorno: nosotros ante la muerte del ser querido cambiamos de como éramos, ya no somos los mismos, pero el entorno sigue igual eso no cambia, tenemos que resurgir de la cenizas y eso conlleva mucho tiempo, paciencia y comprensión.  El entorno quisiera que volviéramos a ser como antes, pero creo que para entenderlo tendrían que pasar por lo mismo.

¿Cómo conectar con el mundo exterior? : Con la muerte del ser querido, se nos rompe todo el esquema de la vida que teníamos con ellos, se nos rompen nuestras ilusiones, nuestros proyectos, y para volver a conectar con el mundo exterior, debemos afrontar esa nueva relación con nosotros mismos, ya no somos como éramos, crecemos y evolucionamos para poder seguir a delante y podemos hacerlo.

La reconstrucción: Después de sufrir una destrucción casi total volvemos a resurgir de la nada y nos reconstruimos otra vez, volvemos a ser nosotros mismos sin los tapujos que teníamos hasta ese momento a consecuencia de la educación, la sociedad, el entorno y la cultura en la que hemos nacido y nos han educado y enseñado, es una evolución completamente distinta a como éramos antes.

La transcendencia: Superar el duelo no implica olvidar ni renunciar al recuerdo. Significa encontrarle un lugar en nuestro espacio emocional para seguir viviendo de manera eficaz, la respuesta del hombre al sufrimiento yace en la transcendencia.

La incomunicación: Creo que no es buena compañera del duelo, ya que mucha gente se encierra en sí mismo y evitan hablar del ser querido, porque les duele el físico y el alma y así evitan sufrir más, pero mi experiencia me dice que es lo contrario lo que nos hace bien, el expresar lo que sentimos y llorar, pero entiendo que cada uno necesita su tiempo.

La ausencia física: Una de las cosas que más cuesta es no tener su presencia física, el no poderle abrazar, besar, tocar, acariciar, eso nos produce una sensación de desconcierto, desazón y vacío. Pero debemos de saberlo llevar positivamente para no crearnos un excesivo sufrimiento que pueda llevarnos a alguna enfermedad.

La comunicación con el resto del mundo: Suele ser muy desigual, la mayoría no saben cómo ayudarnos, ya que nos quieren y no desean vernos en esos momentos que estamos verdaderamente mal, intentan que lo llevemos de la mejor forma, pero normalmente la pifian por no saber hacerlo y a veces nos hacen más daño en vez de ayudarnos, necesitan tiempo y al final suelen comprenderlo y es ahí cuando nos sentimos mejor, con un abrazo y un saber estar y saber escuchar.

domingo, 8 de julio de 2018

Como funciona la culpa en el duelo


 

Dentro del proceso de duelo la culpa es una emoción compleja y dolorosa que pasamos la mayoría de los que estamos en esta situación de duelo por la partida de un ser querido.

A veces la culpa se relaciona con algo que ha ocurrido y el doliente considera irreversible, ese sentimiento viene acompañado de angustia, irritabilidad y tristeza.

Cuando esta emoción se instala y se bloquea, se convierte en el centro del proceso de duelo, complicando su elaboración y se convierte en una de las emociones más difíciles de abordar, instalándose y convirtiéndose en el centro del proceso del duelo.

Esa culpa nos paraliza y no podemos tomar el control de la situación, deberíamos de utilizarla como una gran oportunidad para mejorar distintos aspectos nuestros, no juzgándonos, aceptando lo ocurrido y perdonándonos esos pensamientos negativos que no nos llevan a ningún buen término.

A medida que desarrollamos el proceso de aceptación y asimilación de la perdida, se va disipando la sensación de culpa.

El hecho de poder verbalizar y ser escuchados en relación a nuestros pensamientos culposos puede aliviarnos emocionalmente.

Muchas veces nos sentimos responsables por cosas que no pudimos controlar, que objetivamente no estaba en nuestras manos.

Pensamos que si hubiéramos hecho esto en vez de lo otro, si nos hubiésemos dado cuenta antes de tal cosa, si no llegamos a tiempo, si hubiera cambiado de médico o medicación, etc., nos culpamos a nosotros mismo o buscamos otro culpable. Siempre tenemos el sí, sí, sí.

Todas esas culpas creo que son irreales y no deberíamos sentirnos culpables de nada, ya que lo que hicimos era lo que estaba en nuestras manos, lo que sabíamos hacer en esos momentos, quedémonos con eso ya que de lo contrario solo nos lleva a un sufrimiento añadido y lo padecemos en nuestras propias carnes y nos puede acarrear algún deterioro mayor del que estamos ya pasando.

Este sentimiento está dentro del proceso del duelo y seguro que lo podremos transmutar a medida que vayamos elaborando nuestro duelo.

Y CON ESTE YA SON 18 QUE TE FUISTE

Y CON ESTE YA SON 18 AÑOS QUE TE FUISTE Siempre estás en mis pensamientos, y más en esta fecha todos los 20 de diciembre, es el día que pa...