lunes, 29 de mayo de 2017

La fuerza del amor


 
Cuando me dieron la noticia de que mi hijo había fallecido, caí en un abismo terrorífico del cual pensé que nunca mas saldría, pero después de ir elaborando mi duelo vi con claridad que el fin primordial en el duelo para poder salir de él  es el Amor, pero el Amor mas puro, el Amor incondicional, esto se desarrolla con el desapego.
No es “querer” sino “amar”, el “Yo quiero” expresa pertenencia, sentido de propiedad, control; por lo tanto, apego. 
El Amor que yo digo no tiene fronteras, es impersonal, es por el bien y la felicidad del otro, no por el propio bienestar, esa es la verdadera entrega.
El amor incondicional se ofrece sin esperar nada a cambio, es el poder supremo, el poder natural, el único verdadero, no se puede amar a la fuerza, y ese amor del que hablo es el amor de madre o padre a hijo, amor de pareja, amor de hijo a padres, a hermanos, a amigos, sin poner condiciones, sin esperar nada a cambio porque si lo hacemos así, eso no es amor eso es querer, que no es lo mismo.
Esto no nos lo pueden enseñar, esto viene con nosotros, somos Amor puro, pero lo malo es que la mayoría de veces no lo sabemos expresar, y suele ocurrir muchas veces, cuando la vida nos da un palo terrible, entonces es cuando se nos conecta esa luz, esa electricidad, esa esencia que llevamos dentro de nuestro ser, de nuestra consciencia, de nuestro espíritu, de nuestra alma, porque somos Amor en su pura esencia y por desgracia lo expresamos en esta vida que vivimos muy pocas veces.
 
 
EL Amor nos da una fuerza indescriptible, es la fuerza mas poderosa del Universo, me puede traer armonía y éxito en mi vida y en la de los demás, crea una vibración magnética que se refleja en los demás y podemos apreciar cambios significativos en nosotros.
El Amor que procesamos hacia nuestro ser querido que ha desparecido en su estado físico, es muy diferente, se produce un cambio en nosotros que no tengo palabras para expresarlo, por lo menos en mi caso es así, esa fuerza de amor que mi hijo impregnó en mi, y diría que aun con más fuerza que cuando estaba físicamente conmigo, cada día que pasa es mayor y me sirve para poder amar a los demás, sé que cuesta (porque eso de que te dan un bofetón en una mejilla y que pongas la otra….. eso, eso cuesta muchísimo) pero realmente creo que eso tiene que ser así y estoy en ello.
Creo que venimos a eso a descubrir, a conocer,  a encontrar, a recoger, a saborear, a compartir, a entregar, a dar, ese AMOR INCONDICONAL.

domingo, 28 de mayo de 2017

¿Cómo nos desapegamos?


 

El desapego no es desamor, el desapego es sostener nuestra libertad, permitiendo, también, ser libres a quienes amamos. El desapego no es abandono, por el contrario, es un acto de amor incondicional. Quien ama verdaderamente, deja libre al otro.

 

El desapego se puede aprender de diferentes maneras, pero una de las mas frecuentes e ineludibles es la muerte de un ser querido, sin embargo no todos pueden realizar este aprendizaje de la misma manera, nos propone grandes cambios en nuestras vidas. No podemos ver al ser querido, y el hecho de que este siga existiendo en otro plano, hace que desarrollemos un estado de amor diferente. Se podría decir que es un amor incondicional, por ser un amor en el que no contamos con el otro físicamente, pero sin embargo, seguimos sintiendo su “viva” presencia y compañía.

 

Sentir el desprendimiento del ser querido es desgarrador, esta separación conlleva un gran sufrimiento, nos remueve emociones, situaciones de abandono. Pero hay que aprender que el desapego no es abandonar ni ser abandonados, implica vivir el momento presente, vivir en el aquí y en el ahora, también implica aceptar la realidad, los hechos. Cuanto mas apegados estamos a ideas, dogmas, estilos de vida a lugares a cosas y por supuesto a personas, mas crece nuestro miedo a perder todo eso.

 

El desapego desata lazos, corta cordones que nos mantienen atados a viejas situaciones que no nos permiten avanzar. Aprender el desapego mientras vivimos, nos permitirá hacer un pasaje más fácil cuando abandonemos nuestro cuerpo físico, para pasar a otro tipo de vida. Desapegarse es dejar ser, fluir con la vida y aceptar lo que no se puede cambiar, permite que fluya la energía del amor y el amor es sanador.

 

El desapego permite partir hacia otro plano más elevado, al plano de la luz, donde la paz es permanente y se vive un presente continuo de calma y plenitud.

viernes, 26 de mayo de 2017

El estigma que nos coloca la sociedad y el antidoto



 

Cuando perdemos a un  ser querido a parte del dolor que tenemos por dicha perdida, la sociedad en que vivimos nos maltrata colocándonos el estigma que nos provoca como una deshumanización, una despersonalización, parece que somos inaceptables, inferiores, la autoestima nos baja, nos provoca estrés psicológico y un montón de adjetivos que no nos hace ningún bien.

Da la sensación de que tenemos una enfermedad contagiosa, se apartan de nosotros (porque nuestro comportamiento ya no es e l mismo al de antes de que se muriera el ser querido).

Nos querrían ver como éramos antes. Parece que les demos pena, dicen “mira a ese desde que se le murió el ser querido ya no es el mismo”.

Y realmente es así, ya no somos los mismos, hemos cambiado, porque ahora somos diferentes, nuestras percepciones son  distintas, somos mas reales, mas sensitivos, las memeces y tonterías que antes teníamos como cosas importantes ya no lo son, ya no estamos tan apegados a lo material, a lo efímero, a lo superficial, vivimos el día a día, nos han cambiado las prioridades le damos mas importancia a lo que realmente lo merece, y eso para la sociedad, el entorno no lo comprende, nos ven raros, diferentes, distintos , pero somos mas “nosotros mismos”.

La transformación  que se ha producido en nosotros lo define muy bien J.Montoya Carraquilla, que dice en un escrito suyo: “En ninguna otra situación como en el duelo, el dolor producido es TOTAL: es un dolor biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la personalidad), social (duele la sociedad y su forma de ser), familiar (nos duele el dolor de otros) y espiritual (duele el alma). En la pérdida de un ser querido duele el pasado, el presente y especialmente el futuro. Toda la vida en su conjunto duele”.

Ese dolor que tenemos, los que están fuera de nosotros, no lo pueden comprender porque para entenderlo hay que sufrirlo y si no pasan por lo mismo, no lo pueden comprender.

El antidoto podría ser, escuchar nuestro corazón, conectarnos con nosotros mismos, con nuestro “yo” interior que lo sabe todo y conoce nuestras respuestas, solo tenemos que escuchar, con nuestra intuición, apreciar lo importante y trascendental desde el corazón y vivir esa consecuencia, aprender la paciencia, la tolerancia, la humildad, a sobreponernos a cualquier pérdida, tenemos que vencer el miedo, arriesgarnos, ser valientes y buscar fortaleza, que realmente la tenemos, solo hace falta encontrarla y está en nosotros y no fuera en  los demás.

jueves, 25 de mayo de 2017

Diferencia entre dolor y sufrimiento





Ante la pérdida de un ser querido, lo primero que notamos es “dolor”, un dolor inmenso porque es como si nuestro ser se rompiera de repente en miles de pedazos, es un dolor emocional, psíquico, nos lleva a una profunda tristeza que nos acompañará siempre, esa pérdida nos produce un caos que nos revoluciona todo nuestro sistema, es como un arrancamiento del alma, de los más profundo de nuestras entrañas, nos duele el cuerpo, las emociones, los sentimientos…. Nos duele “todo”.

Pero ese dolor lo podemos vivir y a la vez transcenderlo, transmutarlo y convertirlo en AMOR, todo lleva su tiempo.

En cambio el sufrimiento va un paso más allá, según la actitud que tengamos hacia ese dolor o el significado que le demos, esa tristeza que llevamos encima  la podemos convertir en una depresión que involucra otros sentimientos (enojo, inseguridad, desesperanza, pensamientos como: “Es injusto”, “no me lo merezco”,” Porqué a mí” etc.)

El sufrimiento es a veces masoquista, se aferra a repetir y se hace adicto a ese malestar y preferimos sufrir a aceptar.

El dolor esta en contacto con lo que sentimos, con la carencia, con nuestra esencia. El dolor es dramático y el sufrimiento es silencioso,  interno, propio, es un estado de soledad. El sufrimiento pude generar una mezcla de emociones negativas intensas. El dolor solo quiere aceptación.

Todo depende de la actitud que tengamos frente a ese dolor y me quedo con una frase del escritor y piscoterapeuta “Alejandro Jodorowsky” que dice: “El dolor es un aspecto inevitable de nuestra existencia, mientras que el sufrimiento depende de nuestra reacción frente a ese dolor”.

lunes, 15 de mayo de 2017

El miedo y su antidoto




 

El miedo es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento, habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.

Reconocer cuales son las causas del miedo, es el primer paso para controlarlos e impedir ser controlados por ellos. El temor a equivocarse, a ser juzgado, a ponerse en evidencia es un miedo que tiene su origen en la baja autoestima que a su vez puede ser consecuencia de hechos traumáticos del pasado. El miedo a la soledad es otro de los temores fundamentales cuando el ser humano es un ser sociable por excelencia.

Lo primero que tenemos que hacer para poder vencer esta emoción, es detectarla, hay miedos muy poderosos, capaces de paralizarnos, el miedo siempre nos va a acompañar en todos los momentos de la vida, lo podríamos visualizar como un compañero de viaje que nos alerta de los peligros, es un mecanismo de defensa que tenemos todos, en realidad el miedo nos proteje.

El amor es el único antídoto contra los males del miedo, es la emoción básica del ego –opuesta al amor. El amor nos hace libres, el miedo nos sume a los abismos, tenemos que aceptar que tenemos miedo, averiguar cual es el origen, preguntarnos ¿para que tienes miedo? ¿Cómo sería mi vida si ese miedo no existiera?¿que sería lo peor que puede pasar si tomo una acción a pesar de ese miedo? ¿Qué es el miedo?. Cuando se domina el miedo se alcanza la libertad.

Según Jorge Carvajal: dice “el temor que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico”.

Y yo añadiría unas cosas más que he aprendido en el proceso de mi duelo:

La acidez es un miedo paralizante.

La anemia es miedo a la vida.

El miedo se refleja en dolor de cabeza, gordura, ulceras, calambres, etc.

El colesterol es miedo a aceptar la alegría.

EL dolor a la parte baja de la espalda es una falta de apoyo económico, miedo al dinero.

La sede del miedo se establece en los riñones.

Y el Chacra Base es el responsable de la mayoría de esos miedos.

jueves, 11 de mayo de 2017

Mi Duelo




En verano del 2007 escribí lo siguiente:

 

  

Ha pasado año y medio desde la muerte de mi hijo Sergio y tengo que reconocer que estoy aprendiendo a sobrevivir llevando el dolor conmigo en vez de llevarlo arrastrando como me pasaba al principio. Se me desgarró el corazón, y ahora está cicatrizando y sangrando menos cada vez, aunque esa cicatriz la llevaré toda mi vida.

 

He pasado, creo, por la mayoría de las fases del duelo y me imagino que nunca acabaré de pasarlas todas, pero sé que se pueden ir superando. Al principio, no entendía nada, era tan grande el dolor, que no podía entender que era lo que estaba sucediendo, era como una película que no iba conmigo. Luego bajé de esa nube y empecé a darme cuenta de la cruel realidad, no entendía por qué se había ido tan pronto (con solo 21 años) y sobre todo por qué se había ido antes que yo. No lo entendía (aunque en la historia de la humanidad, esto siempre ha ocurrido) hasta que le pasa a uno.

 

Los primeros meses lloraba muchísimo, tenía un sin fin de preguntas sin respuesta, no sentía rabia, porque entendía que fue un tonto accidente, y no tenía con quien descargar esa rabia. No me sentí culpable porque creo que todos tenemos un destino y a mi hijo le llegó, me guste o no y no tenía a quien culpabilizar.

 Sentí un vacío en mí, por no tener a mi hijo, también sentí tristeza y soledad, pero poco a poco lo voy superando gracias al AMOR que siento hacia mi hijo y cada día que pasa los siento MÁS. Lo que si tengo y mucha, es añoranza pero poco a poco lo iré superando. Cada día lo siento más en mí, lo llevo dentro de mí, donde voy yo, el va conmigo.

 

Desde la primera semana fui al psicólogo y me fue bien, pero hubo un momento que ya no evolucionaba más, hasta que una amiga del trabajo de mi mujer nos habló del “Grupo de Duelo AVES”. Y fue mi salvación porque gracias a las monitoras voluntarias y al grupo de padres que les ha pasado lo mismo que a mí, gracias a ellos, estoy saliendo adelante. Ahí podemos hablar de nuestros sentimientos, de todo lo que nos pasa, de nuestras creencias y entre todos nos ayudamos, porque nos entendemos, ya que fuera de este entorno la gente no nos entiende.

 Nos ha cambiado la vida, hemos cambiado nuestros valores, ya no sentimos lo mismo que sentíamos antes de sufrir la perdida de nuestro ser  mas querido.

 Ahora ya no tengo miedo a la muerte, no deseo morirme ahora, pero se que me llegará cuando sea mi hora, creo que yo aun no he acabado de realizar mi obra en esta vida que igual he elegido pero no estoy seguro.

 

La añoranza que tengo la defino con unos poemas que he escrito para Sergio:

 

 

Quisiera abrazarte de nuevo

tenerte cerca de mí

que tan siquiera pudiera notar

tu cuerpo contigo rozar

porque al no tenerte a ti

yo de pena me muero.

 

Quisiera poderte besar

disfrutar de tu presencia,

estar otra vez juntos,

juntar los dos mundos,

y poner en evidencia

el quererte, sin estar.

 

Quisiera tantas cosas ofrecerte,

que te cambiaría por mi vida.

¿Por qué te fuiste, mi amor?

siento tan gran dolor

que por mucho que lo pida

no puede tenerte.

 

En un primer momento las fechas eran como si me clavaran un puñal; todos los días 20 de cada mes, el primer cumpleaños sin él, las primeras Navidades sin él, su santo, su cumpleaños, etc,etc, fueron un calvario; pero ahora, ya me he dado cuenta que todos los día son iguales, todos los días estoy con él, lo encuentro a faltar siempre, pero a la vez el hecho de sentirlo conmigo me llena de tranquilidad y de paz.

 Somos energía y se que estamos conectados de alguna manera a ellos (los seres queridos que ya nos han dejado) y ellos desde el otro lado nos irradian su luz y energía y eso nos ayuda a poder seguir adelante.

Creo que hay algo más después de la muerte y, a mí concretamente, me ayuda mucho el tener esta fe y esperanza y me aferro a ello, eso me hace continuar sin caer al pozo. Busco todo lo más positivo e intento practicarlo conmigo y con los de mí alrededor y así me siento mejor.

Otra fase que creo que he superado o estoy en ello, es el desapego. El  amor incondicional se desarrolla con el desapego. No es “querer”, sino “amar”. “Yo quiero” expresa pertenencia, sentido de propiedad, control; por lo tanto, apego. El amor va mas allá, no tiene fronteras, es impersonal, es por el bien y la felicidad del otro, no por el propio bienestar. Esa es la verdadera entrega.

 

No creo en las casualidades, creo que toda causa tiene su efecto, nuestra vida tiene un sentido, todo lo que hacemos, decimos, sentimos, pensamos, etc tiene una relación, no hacemos nada porque sí. Todo tiene unas consecuencias. Lo que sembramos luego recogemos. Y creo que lo principal es el AMOR: amor con todo el mundo, el saber perdonar, el reconocer y el dar. Que difícil es todo esto, pero si lo conseguimos creo que tendremos una paz, un bienestar, un sentimiento de amor verdadero, y creo que es lo deben de tener nuestros hijos en el otro lado.

 

Poco a poco estoy aprendiendo a vivir esta nueva vida ( que yo no he elegido)y creo que lo voy consiguiendo gracias a la ayuda, por un lado del grupo AVES, por otro yo mismo intentando comprender el por qué de su partida, por otro la energía que me dan mi fe, creencia y esperanza de que hay algo más, por otro aferrarme a lo positivo y apartar lo negativo y el sentir la ayuda de mi hijo desde el otro lado con el amor que siento cada vez más fuerte. Y con esto creo que se puede salir. Por mi, por mi familia y por él.

 

Jordi Estaña

miércoles, 10 de mayo de 2017

La Culpa y los recursos en el duelo




 

En el proceso de duelo una de las fases que pasamos es la de  sentirse culpable, y dependiendo de la forma de morir, siempre se culpabiliza uno mismo o a alguien del entorno. Esa culpabilidad, a parte del deterioro que produce en sí la muerte del ser querido, puede llegar a producir un deterioro mayor ya que nos aparece y nos invade más tristeza, más angustia exagerada, más rabia sin límites, más inestabilidad emocional, más depresión y más enfermedades físicas o psíquicas.

Si la muerte es por enfermedad, las dudas nos agobian; dudas como:  si hubiera cambiado de médico, de medicinas, si el médico hubiera acertado el diagnóstico a tiempo, si lo hubiera llevado antes…..

En el caso de suicidio, son preguntas las que aparecen: ¿por qué no me he dado cuenta?, ¿por qué no he estado más encima?, ¿por qué no me hizo más caso?, ¿por qué no estuve mas atento?....

En caso de ser por accidente:  si no le hubiera dejado ir, si no le hubiera comprado la moto, si hubiera venido la ambulancia más rápido, si no estuviera borracho o drogado el conductor contrario….

Por eso, no importa la forma cómo ha ocurrido la muerte (asesinato,  muerte súbita, o cualquier otro tipo de muerte) siempre buscamos un culpable, o nosotros u otra persona .

Pero no creo que debamos sentirnos culpables por nada, porque eso solo hace que torturarnos cuando en realidad nosotros hemos hecho todo lo que pudimos y sabíamos, y lo que hicimos bien hecho está.

Cuando entendamos y aceptemos que todos hemos de pasar por ese trance de la muerte, y que nos tenemos que ir de la manera que sea y a la edad que sea, es cuando dejaremos de sufrir; porque el dolor siempre lo tendremos pero la manera de manejarlo es cosa de cada uno.

Deberíamos utilizar la culpa como una oportunidad que se nos presenta para mejorar  diferentes aspectos nuestros y no juzgar y aceptar que lo ocurrido nos guste o no fue así y por mediación del AMOR llegaremos a donde no llega ni la lógica ni la razón.

Tenemos infinidad de recursos para poder elaborar un buen duelo y solo depende de nosotros poder llegar a buen término; pero dichos recursos sólo los podemos elaborar con el paso del tiempo, porque en un primer momento es tan grande el caos que hay a nuestro alrededor, que no sabemos por donde empezar.   Debemos tener en cuenta que cada  uno de nosotros es diferente a los demás, porque somos únicos, y como únicos tenemos que elaborar nuestro propio duelo por lo que cuanto antes podamos empezar a elaborarlo mejor para nosotros.

Hay muchas herramientas y voy a enumerar algunas, pero a cada uno le servirá la que realmente le llegue y en el momento que pueda.

.Normalmente primero se recurre a un psicólogo (sería preferible que fuera entendido en el tema del duelo).

.Están los grupos de duelo (para mi personalmente es lo que mas me ha ayudado).

.Plasmar los sentimientos en un papel, para mas tarde poderlo leer, interpretar, guardar, romper o quemar.

.Ver fotografías, videos y recuerdos de la persona fallecida a medida que realmente puedas realizarlo, pero hay que hacerlo.

.Cantar, bailar, escuchar música, eso relaja y ayuda.

.Poder hablar con alguien que te escuche sin juzgar y que te permita  llorar y sacar la rabia acumulada.

.Leer libros de autoayuda, muchas veces nos vemos reflejados  en ellos o se confirman pensamientos y te das cuenta que no eres el único en pensar lo que piensas.

.Las creencias personales van bien en el proceso de duelo, no es solo religión, sino el tener fe o esperanza en algo o alguien, en lo que sea, pero sin llegar nunca a obsesionarse. Son muchos los que  dicen no creer en nada pero pienso que es imposible no creer en nada, cada uno se acoge a lo que espera le puede ir bien.

.Es bueno pasear por la playa, llenar los pulmones de oxigeno y de yodo de la playa, que nos de el sol y el viento en el cuerpo, caminar descalzo por la hierba, abrazarse a un árbol, eso nos llena de energía que buena falta nos hace y así muchas mas cosas que no expreso por no alargar el escrito.

Y si uno quiere, uno puede, los recursos se nos pueden facilitar de muchas maneras pero siempre tiene que ser uno mismo el que tiene que hacerlo.

lunes, 8 de mayo de 2017

7º Aniversario de tu partida


 

 

El día 20 de diciembre hará 7 años que te fuiste, partiste el 20/12/2005 con 21 años. Te voy a decir lo que son para mí esos números:

El 7 es el buscador, el pensador, el buscador de la verdad, el que todo lo comprende y todo lo tiene, es el número de la perfección espiritual, signo del  pensamiento,  la espiritualidad, la conciencia, el análisis psíquico, la sabiduría, y precisamente ahora hará sietes años. El 7 también es la suma de dos conjuntos el tres (la trinidad divina) y el cuatro (las virtudes humanas) y simboliza la perfección, la unión de todo lo divino y lo humano. También coincide que van a ser 7 años en el momento del gran cambio el 21/12/2012.

El día que partiste fue el día 20, el 20 es el número de la esperanza, en el Tarot es el despertar de los muertos y significa resurrección o renovación, el juicio final, los secretos son revelados. Y te tuviste que ir en un día 20.

Te fuiste en un mes 12, este número es también simbólico significa “elección”, es un número sagrado, supiste elegir bien. El doce se asocia con las pasiones y la renuncia personal y tú fuiste así.

Y tenías en ese momento 21 años, el 21 representa el Universo, es una vibración muy afortunada, es un número de recompensa karmica, además se dice que cuando morimos el cuerpo pierde 21 gramos de peso y 21 gramos es lo que pesa el alma. Y además el 21 está compuesto por tres veces siete.

Con todo esto me reconfirma que fuiste muy especial y a consecuencia de tu partida me hiciste ver y comprender muchas cosas que hasta ese momento ni siquiera me había planteado, en un primer momento me sentí  la persona más desgraciada del mundo, me sentí vacío, mutilado, de alguna manera como un padre fracasado….. porque “lo normal” es que me fuera yo antes que tú, ahora sé que no existe la “normalidad” o por lo menos no es igual para todo el mundo.

Todo esto me ha hecho abrir mas los ojos, ver las cosas de otra manera, entenderlas de otro modo y SI, me ha servido para crecer, ver y tomarme la VIDA de otro modo. He adquirido una sabiduría para poder seguir con un entendimiento diferente, sino no creo que pudiera resistirlo, de todos modos seguiré con la añoranza de poderte tocar, abrazar y besarte hasta que llegue el día del rencuentro, porque así lo siento.

Solo me queda agradecerte todo lo que me has enseñado, ahora que me he abierto, lo puedo comprender, he repasado tu vida desde tu nacimiento hasta tu partida y he visto cosas que tenía olvidadas o más bien almacenadas en el subconsciente y estaban como adormiladas y ahora las he despertado y me viene a la mente escenas y momentos realmente maravillosos y me he dado cuenta de cuanta sabiduría había en ti y aun yéndote tan joven no creo que dejaras de mostrarme lo que tenías que enseñarme.

Gracias por ser mi maestro y por haberme escogido como padre, aprendimos tanto uno del otro que esto me llena de gozo.

Gracias Sergio y hasta siempre.

jueves, 4 de mayo de 2017

¿Que sentido tiene la muerte?


 

Igual que el sentido de la vida, es el que queremos darle cada uno, lo que si sabemos seguro es que después de nacer todos morimos.

Sin la muerte la vida no tendría  sentido y viceversa es el ying y el yang, una complementa a la otra.

Biológicamente sabemos que el cuerpo físico poco a poco se va desintegrando hasta llegar a la muerte, la muerte aparece sólo al final de la vida biológica.

Todo esto referente a un cuerpo solo físico, pero yo creo que el cuerpo no solo es eso (físico), también está formado por otro mental, emocional y espiritual.

Para mí la muerte es una transición, un cambio, un nacimiento, una apertura, una liberación.

Prepararse para la muerte significa prepararse para la vida verdadera, auténtica y plena.

Para algunos la religión ayuda en la búsqueda del sentido de la vida y la muerte, porque las dos van ligadas la una con la otra.

La muerte es renacimiento, ciclo interminable, como en las religiones cristiana y budista, aunque cada una de ellas interprete la muerte-renacimiento de diferente manera, incluso de manera contradictoria.

La muerte es una realidad, como elemento constituyente de nosotros y nuestro mundo.

Para mí la muerte tal como la entendemos, es cuando se acaba la vida física, pero la muerte en sí no existe, somos una chispa de luz, somos energía y eso no se acaba, somos eternos y mi sentido de la muerte es volver a “casa” una vez he realizado mi experiencia aquí en la tierra.

Ya en la antigüedad tenía sentido la muerte ya que en las tumbas de sus muertos les ponían comida, joyas, pertenencias, etc . pensando que cuando despertasen en la “otra vida” tuvieran sus enseres.

El maestro Zen Shunryu Suzuki (maestro Zen) nos dice “Nuestra vida y nuestra muerte son la misma cosa. Cuando nos percatamos de esta realidad, ya no tenemos miedo a la muerte, ni ninguna dificultad en nuestra vida”.

Lao-Tse (filosofo chino) dice: “Nacer es entrar, morir es salir y entrar en el descanso y la paz, retorno a la raíz o volver al origen”.

Séneca (filosofo) dice: “la muerte no es escollo, como solemos pensar, sino puerto, lugar de paz y descanso”.

Dice Lie-Tse (otro de los grandes místicos taoístas): “la muerte es el descanso”.

Ramana Maharsi (maestro espiritual hinduista): “Soy Espíritu que transciende al cuerpo. El cuerpo muere, pero el Espíritu que lo transciende no puede ser tocado por la muerte. Esto quiere decir que soy el Espíritu inmortal, sin-muerte”.

Desde esta perspectiva, la muerte y la vida adquieren su pleno sentido. La muerte se nos aparece como “maestra benefactora de la vida”, nos enseña y ayuda a vivir mejor, radicaliza y esencializa mi vida según el humanista y teólogo Padre Nieremberg.

¿Que Sentido tiene la vida?





 

El sentido de la vida es lo que le da significado y ayuda a encontrar un soporte interno a la existencia.

El sentido es el que cada uno desea darle, hay tantos sentidos de la vida como seres humanos en la tierra.

Cada uno tiene que buscarse su propio significado, a través de una búsqueda personal e interna.

Está muy mezclado con las concepciones filosóficas y religiosas de la existencia y de la conciencia y afecta al significado simbólico, el valor, el propósito, la ética, el  libre albedrio, el alma y el más allá.

En mi caso el sentido de la vida tiene dos vertientes, el concepto que tenía antes y el que tengo después de la muerte de mi hijo.

Sobre todo el haber pasado la experiencia tan angustiosa de su partida, me ha llevado a descubrir el sentido profundo de la vida, todo lo que me ha pasado, lo que he sentido, lo que he experimentado, me ha aportado darle un nuevo significado y vivir el día a día e intensamente, aceptando, amando, perdonando y aprovechando cada segundo como si fuese el último, porque no sé lo que me aportará el mañana, y aunque el concepto que tengo ahora no es el de antes lo intento disfrutar al máximo.

Empecé a buscar dentro de mí las respuestas que no encontraba fuera, empecé a conocerme y reconocerme cada pensamiento, sentimiento, deseo, apego, etc.

Empecé a preguntarme: Nacer, vivir y morir, ¿es esto cuánto hay?.

Pero cuando uno empieza a tener las ideas más claras ya deja de preocuparse del sentido de la vida. Con la muerte de mi hijo me llegó un desorden de conceptos y creencias y en consecuencia me planteé. ¿Qué sentido tiene mi vida?.

Es el conocimiento, la memoria, el pensamiento mismo el que hace la pregunta y el que da la respuesta.

Nadie puede decirte cuál es el sentido de la vida. Cada uno debe encontrar el propio y expresarlo en toda su autenticidad.

Y CON ESTE YA SON 18 QUE TE FUISTE

Y CON ESTE YA SON 18 AÑOS QUE TE FUISTE Siempre estás en mis pensamientos, y más en esta fecha todos los 20 de diciembre, es el día que pa...