LA AUTOESTIMA
Hay
muchas definiciones de la autoestima, y entre ellas expongo algunas:
Es
la capacidad que tiene la persona de valorarse, amarse, apreciarse y aceptarse
a si mismo.
Es
el conjunto de actitudes del individuo hacia si mismo. Es la percepción
evaluativa de uno mismo.
Es
el clamor que cada persona tiene de si mismo. La autoestima está relacionada
con muchas formas de conducta.
La
autoestima, es el concepto que tenemos de nuestra valía y se basa en los
pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros
mismos hemos ido acumulando durante nuestra vida; creemos que somos una cosa u
otra, nos gustamos o no y así sucesivamente y estas cantidades de impresiones,
evaluaciones y experiencias reunidas se juntan en un sentimiento positivo hacia
nosotros mismos o, por el contrario, en un incómodo sentimiento de no ser lo
que esperábamos. Es un proceso interno, un proceso de limpieza interna de
nuestras ideas erróneas y heridas sabiendo que ya somos valiosos, es la fuente
de toda nuestra vida, y sé que si yo no me cuido de mi mismo y no me respeto a
mi mismo nunca voy a poder cuidar y respetar a los demás.
En
psicología, la autoestima es la opinión emocional profunda de los individuos
que tienen de sí mismos, también se puede expresar como el amor que tenemos
hacia nosotros mismos. La autoestima es quererse a uno mismo y querer a los
demás. Significa saber que eres valioso, digno, y afirmarlo. Implica respetarte
a ti mismo y enseñar a los demás a hacerlo.
Hasta
aquí son definiciones de la autoestima en personas que no es necesario que
hayan pasado por un proceso de la pérdida de un ser querido, pero en el caso de
dicha perdida pienso que es cuando perdemos más fácilmente la autoestima: me
explico:
El
estado en que nos deja el hecho de perder a un ser querido es motivo suficiente
para que la autoestima nos baje más abajo del suelo y nos convierta en un
ser inseguro, que desconfiemos de nuestras
propias facultades y no queramos tomar
decisiones por miedo a equivocarnos;
necesitamos de la aprobación de los demás pues nos sentimos desamparados.
Tenemos
una imagen distorsionada de nosotros mismos, pues ya no somos los de antes. Se
nos produce un sentimiento de inferioridad y timidez a la hora de relacionarnos
con otras personas. Nos cuesta hacer amigos nuevos y estamos pendientes del qué
dirán o pensarán sobre mí, o de que pena les puedo dar, tenemos un miedo
excesivo al rechazo, a ser juzgados mal y a ser abandonados. Nos sentimos
deprimidos ante cualquier frustración, nos hundimos cuando fracasamos en nuestros empeños de creer que podemos
salir adelante y nos abandonamos a la
primera dificultad importante o pequeño fracaso.
Pero
para poder tener la autoestima óptima tenemos que ser realistas y positivos, no
tenemos que necesitar de la aprobación de los demás, no nos tenemos que creer
ni mejor ni peor que nadie. Tenemos que mostrar nuestros sentimientos y
emociones con libertad, afrontar los nuevos retos con optimismo, intentando
superar el miedo y asumiendo responsabilidades. Nos tenemos que comunicar con
facilidad y nos tienen que satisfacer las relaciones sociales, valorar la
amistad y tener iniciativa para dirigirnos a la gente.
Saber
aceptar las frustraciones, aprender de los fracasos, ser creativos e innovadores,
tenemos que ser nuestros mejores amigos, saber que no hay nada ni nadie en este
mundo más importante que nosotros mismos, por eso hemos de aceptarnos tal como
somos, pensando que no existe nadie mejor ni peor, aunque todos seamos
diferentes, pues en eso se basa la diversidad humana.