El 6/12/1984 emprendiste un viaje a este
mundo, llegaste a la tierra y te estábamos esperando con los brazos abiertos y
creo que este viaje que emprendiste con tu decisión fue fructífero, ya que
aprendiste todo lo que te habías propuesto aprender y a la vez nosotros
aprendimos de ti, con tu predisposición a entregar ese Amor que llevabas dentro
de ti, sin ningún egoísmo, siempre dispuesto a ayudar y a perdonar, con tu
ejemplo aprendimos todos los mas allegados a ti y los que no eran tan allegados,
pusiste una semilla que hoy en día sigue germinando y de qué manera.
En tu viaje aquí, realizaste un aprendizaje
increíblemente rápido y veloz, en el poco tiempo que estuviste con nosotros,
realizaste un sinfín de tareas (que ahora más tarde analizándolas con
tranquilidad, son tantas cosas….. en tan poco tiempo) que mucha gente con
muchos más años de estancia no lo han hecho y quizá ni lo puedan hacer.
Fuiste muy precoz en muchas cosas, siempre
aprendiendo (como si te faltase tiempo para realizarlo, ahora entiendo porque),
siempre queriendo conocer, con una curiosidad increíble, los viajes te
encantaban, sobre todo la naturaleza, con una increíble capacidad de perdón y
siempre dispuesto a ayudar a todos sin esperar nada a cambio.
Qué cantidad de lecciones nos viniste a enseñar y te puedo asegurar que he tomado buena nota
de ello y en ello estoy. Una vez acabado este viaje aquí, decidiste el día 20/12/2005
emprender el viaje de vuelta hacia “tu casa” y de qué manera, te fuiste más
rápido y veloz que cuando llegaste, no te dio tiempo ni a despedirte, siempre
con prisas, quiero pensar que acabaste todo lo que viniste a hacer y ahora
cuando llegue mi momento emprenderé “mi viaje” para reencontrarnos, hasta
pronto Sergio.
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