Igual que el sentido de la vida, es el que queremos
darle cada uno, lo que si sabemos seguro es que después de nacer todos morimos.
Sin la muerte la vida no tendría sentido y viceversa es el ying y el yang, una
complementa a la otra.
Biológicamente sabemos que el cuerpo físico poco a
poco se va desintegrando hasta llegar a la muerte, la muerte aparece sólo al
final de la vida biológica.
Todo esto referente a un cuerpo solo físico, pero yo
creo que el cuerpo no solo es eso (físico), también está formado por otro
mental, emocional y espiritual.
Para mí la muerte es una transición, un cambio, un
nacimiento, una apertura, una liberación.
Prepararse para la muerte significa prepararse para
la vida verdadera, auténtica y plena.
Para algunos la religión ayuda en la búsqueda del
sentido de la vida y la muerte, porque las dos van ligadas la una con la otra.
La muerte es renacimiento, ciclo interminable, como
en las religiones cristiana y budista, aunque cada una de ellas interprete la
muerte-renacimiento de diferente manera, incluso de manera contradictoria.
La muerte es una realidad, como elemento
constituyente de nosotros y nuestro mundo.
Para mí la muerte tal como la entendemos, es cuando se
acaba la vida física, pero la muerte en sí no existe, somos una chispa de luz,
somos energía y eso no se acaba, somos eternos y mi sentido de la muerte es
volver a “casa” una vez he realizado mi experiencia aquí en la tierra.
Ya en la antigüedad tenía sentido la muerte ya que
en las tumbas de sus muertos les ponían comida, joyas, pertenencias, etc .
pensando que cuando despertasen en la “otra vida” tuvieran sus enseres.
El maestro Zen Shunryu Suzuki (maestro Zen) nos dice
“Nuestra vida y nuestra muerte son la misma cosa. Cuando nos percatamos de esta
realidad, ya no tenemos miedo a la muerte, ni ninguna dificultad en nuestra
vida”.
Lao-Tse (filosofo chino) dice: “Nacer es entrar,
morir es salir y entrar en el descanso y la paz, retorno a la raíz o volver al
origen”.
Séneca (filosofo) dice: “la muerte no es escollo,
como solemos pensar, sino puerto, lugar de paz y descanso”.
Dice Lie-Tse (otro de los grandes místicos
taoístas): “la muerte es el descanso”.
Ramana Maharsi (maestro espiritual hinduista): “Soy
Espíritu que transciende al cuerpo. El cuerpo muere, pero el Espíritu que lo
transciende no puede ser tocado por la muerte. Esto quiere decir que soy el
Espíritu inmortal, sin-muerte”.
Desde esta perspectiva, la muerte y la vida
adquieren su pleno sentido. La muerte se nos aparece como “maestra benefactora
de la vida”, nos enseña y ayuda a vivir mejor, radicaliza y esencializa mi vida
según el humanista y teólogo Padre Nieremberg.
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