El sentido de la vida es lo que le da significado y
ayuda a encontrar un soporte interno a la existencia.
El sentido es el que cada uno desea darle, hay
tantos sentidos de la vida como seres humanos en la tierra.
Cada uno tiene que buscarse su propio significado, a
través de una búsqueda personal e interna.
Está muy mezclado con las concepciones filosóficas y
religiosas de la existencia y de la conciencia y afecta al significado
simbólico, el valor, el propósito, la ética, el libre albedrio, el alma y el más allá.
En mi caso el sentido de la vida tiene dos vertientes,
el concepto que tenía antes y el que tengo después de la muerte de mi hijo.
Sobre todo el haber pasado la experiencia tan
angustiosa de su partida, me ha llevado a descubrir el sentido profundo de la
vida, todo lo que me ha pasado, lo que he sentido, lo que he experimentado, me
ha aportado darle un nuevo significado y vivir el día a día e intensamente,
aceptando, amando, perdonando y aprovechando cada segundo como si fuese el
último, porque no sé lo que me aportará el mañana, y aunque el concepto que
tengo ahora no es el de antes lo intento disfrutar al máximo.
Empecé a buscar dentro de mí las respuestas que no
encontraba fuera, empecé a conocerme y reconocerme cada pensamiento,
sentimiento, deseo, apego, etc.
Empecé a preguntarme: Nacer, vivir y morir, ¿es esto
cuánto hay?.
Pero cuando uno empieza a tener las ideas más claras
ya deja de preocuparse del sentido de la vida. Con la muerte de mi hijo me
llegó un desorden de conceptos y creencias y en consecuencia me planteé. ¿Qué
sentido tiene mi vida?.
Es el conocimiento, la memoria, el pensamiento mismo
el que hace la pregunta y el que da la respuesta.
Nadie puede decirte cuál es el sentido de la vida.
Cada uno debe encontrar el propio y expresarlo en toda su autenticidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario