El Dolor según el
Diccionario de la lengua Española es una “sensación molesta y aflictiva de una
parte del cuerpo por causa interior o exterior, pero también un sentimiento de
pena y congoja”.
Cuando se muere
alguien a quien queremos es imposible no experimentar el dolor de su pérdida.
Nos lleva a reflexionar acerca de lo que somos y de lo que hacemos, la
separación de algo o de alguien siempre causa dolor y ese dolor nos hace reflexionar acerca de
cómo nos gustaría vivir y cómo nos gustaría enfrentar esa pérdida.
En todas las
etapas del duelo el dolor nos acompaña, pero lo vamos procesando poco a poco y
en cada etapa es diferente.
En el primer
estado que es la Negación, este en
un primer momento es un shock y utilizamos un mecanismo de defensa para no
volvernos locos y decimos ¡No está muerto!, pero cuando empezamos a ver que es
verdad convertimos esa negación en Ira o
enojo dirigido a todos y a todo y entramos en otra forma de dolor y se
empieza a hacer una especie de pacto de manera interiorizada y poco a poco
cuando ves que se van agotando las fuerzas y que no hay respuesta a las
peticiones se va entrando a otra etapa, la Depresión,
con una tremenda tristeza diciéndonos ¡tengo que aprender a estar sin ti y me
duele! Cuando se da la oportunidad de vivir cada una de estas etapas, se ha
tenido la suficiente paciencia y el amor a uno mismo, entonces podríamos decir
que llegamos a la etapa de la Aceptación
y se pude salir enriquecido por la experiencia y podemos enfrentarnos a la
vida de otra manera, la herida que dejó ese profundo dolor ha sido cuidada y
curada y entonces la cicatriz no dolerá.
Si no logramos
canalizar ese dolor y transmutarlo en AMOR, ese mismo dolor nos puede llevar a
muchas cosas, si lo llevamos toda la vida nos llevará a vivir muriendo, o por
otro lado nos puede llevar a enfermar e incluso a morir. Todo depende de la
actitud que tengamos frente a ese dolor.
Otra forma de
definirlo y a mí me gusta mucho es una frase de J.Montoya Carraquilla que dice:
“En ninguna otra situación como en el duelo, el dolor producido es
TOTAL: es un dolor biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la
personalidad), social (duele la sociedad y su forma de ser), familiar (nos
duele el dolor de otros) y espiritual (duele el alma). En la pérdida de un ser
querido duele el pasado, el presente y especialmente el futuro. Toda la vida en
su conjunto duele”.
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