En el duelo por la
muerte de un ser querido se van pasando por unas fases que más o menos son muy
parecidas para todos, pero partiendo de la base de que hay tantos duelos como
personas dolientes y cada duelo es personal e intransferible aunque hayan
muchos puntos comunes para todos.
Lo mismo ocurre con:
¿Cómo superar la ausencia física?.
No para todos es igual.
Una ausencia puede
ser desgarradora por el hecho de no
poder llenar el vació que deja.
Pueden influir muchas cosas,
el apego es una muy importante, a veces idealizamos a la persona que falta,
otorgándole virtudes que en el momento que estaba a nuestro lado no veíamos.
Tenemos que asumir que
estamos tristes, que estamos sufriendo y necesitamos un tiempo para reponernos
de ese dolor del recuerdo hasta que podamos disminuirlo.
El llanto es una manera
de canalizar nuestra rabia y dolor ante la pérdida, ese llanto alivia, nos
permite descargar inseguridades, frustraciones y miedos.
Deberíamos dejar fluir
nuestros sentimientos.
Buscar apoyo de nuestros
seres queridos, en centros de duelo suele ser de mucha ayuda.
Necesitamos tiempo para
expresar y vivenciar la tristeza que sentimos por ese vacío y soledad que nos
sobrepasa.
Muchas veces también
depende del tipo de creencias que tenemos, esas creencias nos pueden ayudar a
aceptar mejor que ya no están y no los tendremos más como era antes de su
pérdida.
Pero no se han ido del
todo, porque algo de ellos se ha quedado en nosotros y siempre estará ahí.
En mi caso, es una de
las cosas dentro del duelo, que me ha costado más de superar y creo que no
acabaré de superarlo del todo hasta que llegue el momento de partir.
He aceptado su marcha
porque estoy convencido de que la muerte no existe y que estamos aquí de paso,
pero el hecho de no poderlo tocar y abrazar….. esto duele, ya no es como al
principio, pero sigue estando ahí.
Pero como sé que parte
de él sigue en mí, esa ausencia ya no es tan dramática, la acepto y la llevo
conmigo de otra manera, forma parte de mí y he aprendido a no sufrir por ello,
recordando siempre lo mejor de él y sabiendo que ya queda menos para el
reencuentro que será cuando tenga que ser.
Y así vivo el día a día más
intensamente conmigo y con todos los míos.
Eso es lo que más paz me da, saber que en cualquier momento dejo este plano y el sufrimiento se queda aquí. Y la posibilidad de encontrarme con él, por pequeña q sea, nadie me la puede arrebatar...
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