jueves, 20 de julio de 2017

La fuerza de las creencias en el duelo

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La fuerza de las creencias en el duelo ejerce un papel importante para poder resolver o llevar de una manera menos traumatizante el tema de un duelo.
Por mi experiencia puedo decir que lo que he observado y vivido en mi duelo ha sido un proceso menos doloroso para poder sobrellevar el tema de mi duelo y el de otras personas, en el sentido de que las creencias me han  ayudado y ayudan a personas a transmutar el dolor que provoca un duelo y así poder seguir adelante.
Las creencias no necesariamente tienen que ser religiosas, pueden ser de muchos tipos, la cuestión es que he visto en muchos casos en que tener una creencia en “algo” ayuda y mucho en el duelo, eso no significa que el que no cree en nada, no pueda llevar bien su duelo, he visto personas que no creyendo en nada han procesado su duelo, pero hay un tanto por ciento mucho más elevado de personas que sus creencias les ayudan más.
Al principio del duelo, realmente es un caos, personas que creían en la religión, dejan de creer, otros que aun perdiendo a un ser querido, se acrecienta más su creencia, y a otros que cambian sus creencias y a todos de alguna manera les sirve en su duelo.
Mucha gente en su duelo se cogen a un “clavo ardiendo” con tal de que les den respuesta a algunas de las miles de preguntas que se les viene a la mente, y hay que ir como mucho cuidado a donde acudes para que te den esas respuestas, porque están necesitadas de repuestas y en ese estado se es muy vulnerable a muchos engaños.
Yo en mi caso, ya de pequeño siempre he creído que había algo más después de esta vida y esto a mí me ha ayudado mucho, no puedo demostrar nada pero tampoco lo contrario, mi fe y esperanza me ha servido a llevarlo mejor y en los grupos de duelos, conferencias, talleres, libros en los que he asistido y leído me han reconfirmado aún más mis creencias.
Partiendo de la base que cada duelo es personal, diferente e intransferible, he podido constatar que la mayoría de personas que llevan su duelo de una manera menos desesperante, a pesar del vacío, del dolor, del sufrimiento, de no tener físicamente al ser querido que se ha ido, las personas que tienen algún tipo de creencia, sea cual sea, esas personas por lo general les cuesta menos transformar ese horrible dolor en un Amor más intenso hacia ese ser querido.


martes, 18 de julio de 2017

La culpa en el Duelo


 
Una de las cosas más importantes para superar el duelo por una muerte es eliminar los sentimientos de culpa, cuando se va una persona querida sentimos que han quedado miles de cosas por decir o hacer, que no lo hemos dicho suficientemente cuanto la queríamos o que de alguna manera hemos quedado en deuda con ella.
Ese sentimiento de culpabilidad nos puede llegar a producir un deterioro mayor ya que nos aparece e invade más tristeza, una exagerada angustia, una rabia sin límites, más inestabilidad emocional, más depresión y nos puede llevar a tener más enfermedades físicas  o psíquicas.
Debajo de la ira anidan una serie de sentimientos como el dolor y la culpa, una serie de pensamientos negativos que obstaculizan el desarrollo normal del duelo, esa culpa no deja de ser una ira que se vuelve hacia uno mismo y ese resentimiento nos impone la necesidad de buscar culpables en otros o en uno mismo y estos sentimientos se experimentan en el proceso del duelo.
Pero creo que no deberíamos sentirnos culpables de nada,  ya que la mayoría de esos sentimientos son de culpas irreales, nosotros hicimos realmente lo que creíamos era lo mejor o lo que sabíamos en esos momentos, con lo cual no deberíamos reprocharnos nada, eso nos produce más dolor de lo necesario, y el trabajo que hemos de realizar consistirá en perdonar y perdonarnos y así podremos abandonar o aligerar esa pesada carga, ya que la culpa paraliza y no nos permite tomar el control de la situación ni hacer los cambios que sean necesarios.
Esta emoción de culpa la sentimos todos a lo largo de nuestra vida en múltiples ocasiones y por diferentes motivos y esa culpa en el duelo es traicionera, ya que  en realidad es un sentimiento que no corresponde con la realidad, y deberíamos utilizar esa culpa como una oportunidad para mejorar diferentes aspectos nuestros, no juzgando y aceptando que lo ocurrido nos guste o no fue así y por mediación del  Amor llegaremos a donde no llega la lógica ni la razón.

martes, 11 de julio de 2017

La incomunicacion en el duelo


 
En el caso de un una pareja que haya perdido a un hijo, a consecuencia de llevar la vivencia del duelo de forma diferente, confusa, negativa como la culpa, los resentimientos, la impotencia, la sensación de ser incomprendidos por el medio familiar y social, el silencio, la hostilidad, los reproches,  les puede llevar a una total incomunicación y buscan resolver de modo individual, llegando a mas distanciamiento y esto puede repercutir a llenar las estadísticas que hablan de aumentos de separación de parejas que han perdido hijos.
La separación podría evitarse si llegado a este punto los padres reconocen y asumen su propio conflicto o piden ayuda externa (espiritual o terapéutica) y así evitar añadir al dolor de la pérdida, la ruptura del vínculo matrimonial, si se comparte el dolor, se recuerda al hijo a veces con lágrimas, otras con sonrisas, se buscan juntos el consuelo, el esclarecimiento, respetándose sus silencios, sus angustias, sus tristezas, sus ritmos del duelo, recorriendo el camino juntos, de esta forma ya no hay incomunicación ni malos entendidos.
En el caso de la pérdida de un hermano, se puede aplicar más de lo mismo, si los hermanos son jóvenes, ellos suelen llevar el duelo de otra manera, pero si hay incomunicación (en los jóvenes suele haberla más) si de por si es difícil hablar con un adolescente en estos casos aún más, ya que les cuesta hablar del que se ha ido y aún menos con su padres, a veces los idealizan o toman el rol de ellos  supliéndolos, se encierran en sí mismos y evitan hablar de ellos sobre todo con los padres, hasta que llega el momento que no pueden más (ahí el tiempo es diferente para todos) y explotan porque ese dolor hay que sacarlo fuera y ese es el momento en que se aparca esa incomunicación y se puede empezar a resolver ese duelo.
En el caso de pérdida de pareja, tampoco hay muchas diferencias con los casos anteriores, se incomunican con los hijos (si los hay) o con los familiares más allegados y esa incomunicación les puede llevar a una “soledad absoluta” y muy difícil de solventar. Y si los fallecidos son los padres o demás familiares, pues más de lo mismo. Lo más importante es salir de esa incomunicación, porque realmente no nos lleva a nada bueno y hay que intentar salir de ello en el momento que podamos, entendamos y nuestra comprensión del duelo nos permita hacerlo, y sobre todo cuando nos llegue a cada uno en el momento que nos corresponda.
El mal duelo nos puede llevar a la incomunicación y eso genera un círculo vicioso del que cuesta muchísimo salir de él, por lo tanto debemos intentar comunicarnos más con los más allegados (si los tenemos cerca) o buscar sitios, herramientas, ayudas, las cuales nos permitan realizar un “buen” duelo y así poco a poco volver a “vivir” esa vida que se nos ha interrumpido y que seguro que volveremos a retomar en el momento que nos toque hacerlo.

sábado, 1 de julio de 2017

El coraje en el duelo


 

Según la Wikipedia lo define de la siguiente manera:

El coraje, valor o valentía es una virtud humana que se puede definir como la fuerza de voluntad que puede poseer una persona para llevar adelante una acción a pesar de los impedimentos. Dichos impedimentos generan miedo, el coraje es la habilidad de sobreponerse a dichos miedos y perseverar con la acción que se pretendía realizar.

José Saramago dice: Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado.

En el duelo se pueden dar dos formas completamente dispares de la palabra coraje: la primera (que es la que a mí más me gusta) es el valor de poder salir adelante a pesar de la pérdida, la capacidad, la fuerza de voluntad para llevar la tarea de salir adelante a pesar de los impedimentos que el mismo duelo provoca en nuestro estado de ánimo, emocional, espiritual y físicamente. Ese coraje es el que nos da la fuerza para poder superar ese dolor, sufrimiento, vacío y ausencia que nos deja la pérdida del ser querido, a pesar de todos esos obstáculos, con ese coraje nos podemos sobreponer.

Luego está la segunda forma de la palabra coraje: que es convertir ese coraje en ira y en sentimiento de culpa y por eso una de las tareas más importantes y difíciles para superar el duelo por muerte, es eliminar esos sentimientos de culpa. Entre otras cosas, cuando perdemos una persona querida sentimos que han quedado muchas cosas pendientes de decir o hacer, que no le hemos dicho suficientemente cuanto la queríamos, etc. Y tenemos que entender que nosotros no somos los culpables de esa lamentable muerte.
Por lo tanto el coraje debemos entenderlo de la forma positiva, porque creo que es la única manera de poder llevar un buen duelo y así poder aprender que con el coraje podemos oponernos al dolor físico, emocional, mental y espiritual.

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Y CON ESTE YA SON 18 AÑOS QUE TE FUISTE Siempre estás en mis pensamientos, y más en esta fecha todos los 20 de diciembre, es el día que pa...