COMO NOS RELACIONAMOS CON NUESTROS FAMILIARES
DURANTE EL DUELO
El proceso del duelo es un cambio radical del antes
y después del suceso que nos acontece, tanto en nuestras relaciones familiares,
de trabajo, y en todo lo relacionado con nuestro entorno nos sacude como un
terremoto.
Pasamos unas circunstancias muy diferentes unos con
otros y podrían ser entre otras las siguientes (no a todo el mundo le sucede lo
mismo, ni por el mismo orden, pero más o menos por mi experiencia puede ser
así): La indiferencia, la expectativa del entorno, ¿cómo conecto con el mundo
exterior?, la reconstrucción, la transcendencia, la incomunicación, la ausencia física y la comunicación con el
resto del mundo.
La indiferencia: La indiferencia y el no saberlo expresar con
palabras de consuelo, les lleva a quedarse sin hacer ni decir nada, y es que
tras ese desconocimiento de cómo comportarse con nosotros les afecta de cómo
deben actuar sin que nuestro dolor les contagie a ellos, no se nos ha educado
sobre el tema de la muerte y ese miedo a lo desconocido nos remite a esa
indiferencia.
Las expectativas del
entorno: nosotros ante la
muerte del ser querido cambiamos de como éramos, ya no somos los mismos, pero
el entorno sigue igual eso no cambia, tenemos que resurgir de la cenizas y eso
conlleva mucho tiempo, paciencia y comprensión.
El entorno quisiera que volviéramos a ser como antes, pero creo que para
entenderlo tendrían que pasar por lo mismo.
¿Cómo conectar con el
mundo exterior? : Con
la muerte del ser querido, se nos rompe todo el esquema de la vida que teníamos
con ellos, se nos rompen nuestras ilusiones, nuestros proyectos, y para volver
a conectar con el mundo exterior, debemos afrontar esa nueva relación con
nosotros mismos, ya no somos como éramos, crecemos y evolucionamos para poder
seguir a delante y podemos hacerlo.
La reconstrucción: Después de sufrir una destrucción casi total
volvemos a resurgir de la nada y nos reconstruimos otra vez, volvemos a ser
nosotros mismos sin los tapujos que teníamos hasta ese momento a consecuencia
de la educación, la sociedad, el entorno y la cultura en la que hemos nacido y
nos han educado y enseñado, es una evolución completamente distinta a como
éramos antes.
La transcendencia: Superar el duelo no implica olvidar ni renunciar
al recuerdo. Significa encontrarle un lugar en nuestro espacio emocional para
seguir viviendo de manera eficaz, la respuesta del hombre al sufrimiento yace
en la transcendencia.
La incomunicación: Creo que no es buena compañera del duelo, ya que
mucha gente se encierra en sí mismo y evitan hablar del ser querido, porque les
duele el físico y el alma y así evitan sufrir más, pero mi experiencia me dice
que es lo contrario lo que nos hace bien, el expresar lo que sentimos y llorar,
pero entiendo que cada uno necesita su tiempo.
La ausencia física: Una de las cosas que más cuesta es no tener su
presencia física, el no poderle abrazar, besar, tocar, acariciar, eso nos
produce una sensación de desconcierto, desazón y vacío. Pero debemos de saberlo
llevar positivamente para no crearnos un excesivo sufrimiento que pueda
llevarnos a alguna enfermedad.
La comunicación con el
resto del mundo: Suele
ser muy desigual, la mayoría no saben cómo ayudarnos, ya que nos quieren y no desean
vernos en esos momentos que estamos verdaderamente mal, intentan que lo
llevemos de la mejor forma, pero normalmente la pifian por no saber hacerlo y a
veces nos hacen más daño en vez de ayudarnos, necesitan tiempo y al final
suelen comprenderlo y es ahí cuando nos sentimos mejor, con un abrazo y un saber
estar y saber escuchar.
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